Aspectos clínicos de la Sedación Paliativa es una breve extracto del artículo científico “Clinical Aspects of Palliative Sedation in Prospective Studies. A Systematic Review”, publicado en la revista Journal of Pain and Symptom Management en formato Open Access y licencia CC BY-NC-ND, el cual podrá acceder al final de esta entrada. Este trabajo ha sido elaborado por un equipo de expertos y académicos internacionales como María Arantzamendi, Alazne Belar, Sheila Payne, Maaike Rijpstra, Nancy Preston, Johan Menten, Michael Van der Elst, Lukas Radbruck, Jeroen Hasselaar y Carlos Centeno.
Aspectos clínicos de la Sedación Paliativa
Al final de la vida hay síntomas que son comunes según el progreso de la enfermedad. Estos síntomas pueden ser dolor, delirio, disnea, entre otros; pueden ser angustiosos y aún intolerables para pacientes y familiares.
Diferentes opciones de tratamiento están disponibles para manejar los síntomas. Sin embargo, en algunos casos, los tratamientos estándares disponibles ya no son efectivos, los beneficios no se alcanzan en el tiempo suficiente, o los tratamientos provocan más efectos negativos que beneficios.
En casos de que los síntomas sean muy onerosos, ya no sean tolerables para el paciente y puedan considerarse refractarios, la sedación paliativa puede considerarse una opción terapéutica.
Entre los síntomas más comunes que pueden convertirse en refractarios se encuentran el delirio agitado, disnea, dolor y convulsiones.
No existe consenso sobre la conveniencia de utilizar sedación paliativa para el malestar psicológico o la angustia existencial, aunque se utiliza ocasionalmente.
La Asociación Europea de Cuidados Paliativos (EAPC) define la sedación paliativa como el uso controlado de medicamentos destinados a inducir un estado de conciencia disminuida o ausente (inconciencia) para aliviar la carga del sufrimiento intratable de una manera que sea éticamente aceptable para el paciente, la familia y los proveedores de atención médica.
La EAPC tenía como objetivo facilitar el desarrollo de pautas nacionales mediante la presentación de un marco de 10 puntos basados en pautas preexistentes, literatura y una extensiva revisión por pares.
La sedación paliativa puede administrarse de forma intermitente o continua hasta la muerte. El nivel de sedación, después de la aplicación del sedante para aliviar el sufrimiento, puede ser clasificado en leve, intermedio o profundo.
Se han desarrollado pautas clínicas para la sedación paliativa con el fin de orientar las prácticas médicamente apropiadas y éticamente aceptables.
La sedación paliativa debe ser proporcional a la necesidad de alivio de los síntomas refractarios del paciente. Sin embargo, existe la preocupación sobre la importancia de ser consciente de que tener un paciente sedado que no responde, no significa necesariamente que no lo sepa. Esta preocupación ha mostrado que la exploración de la conciencia está en su infancia fuera de los contextos de quirófano o cuidados intensivos.
Entre los resultados de este artículo está una tabla que resume nueve trabajos prospectivos de los últimos cinco años en pacientes con cáncer. Los datos que incorpora son: el porcentaje de sedados, el sedante utilizado, la dosis inicial, la dosis de mantenimiento, tiempo hasta la muerte, medicación adicional reportada, e información adicional.
La medicación más utilizada en estos estudios primarios es Midazolam, infusión continua intravenosa o subcutánea. Propofol y Phenobarbital son ocasionalmente utilizados como alternativa al Midazolam. Ningún neuroelíptico se utilizó en estos estudios para sedación paliativa. Para el tratamiento específico del delirio utilizaron Clorpromazina y el Haloperidol, continuando con este si el paciente lo estuvo recibiendo antes de iniciar la sedación paliativa con Midazolam.
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