Muerte digna y eutanasia es un artículo que pretende resumir las características que tiene una verdadera muerte digna y aclarar, porqué a la eutanasia no se la puede asociar ni considerar como una muerte digna; aunque es más apropiado hablar de vida digna al final de la vida.
¿Qué significa tener una muerte digna?
Una muerte digna es aquella que se produce por causas naturales y en el contexto del respeto a la dignidad del paciente como ser humano libre e independiente.
Esta dignidad no depende de las circunstancias del paciente o su utilidad. Su dignidad emana de su naturaleza de ser persona humana de la cual derivan sus derechos fundamentales. Estos derechos son universales, absolutos, inalienables e irrenunciables. (27 Preguntas de la Ley de Eutanasia, pregunta 11)
Más específicamente, se considera el contexto de una muerte digna cuando el enfermo, durante el proceso de morir:
i. Recibe:- El control del dolor y sus síntomas. Mediante analgésicos y/o sedación paliativa según la Guía de Sedación Paliativa 2021 – OMC y SECPAL.
- Acompañamiento. Es muy importante que la persona este acompañada, que no se sienta sola, sino rodeada del cariño de sus familiares, amigos más cercanos,
- Cuidados paliativos integrales y atendido con cariño. Valorado por un equipo multidisciplinar que le hace sentir que es querido y respetado por todos, que están abiertos el diálogo y atentos a sus necesidades. Que recibe un trato humano, compasivo, comprensivo y veraz, con simpatía, diligencia y afecto.
- Apoyo espiritual según sus creencias. Para los cristianos, es importante el sacramento de la unción de enfermos, o una ceremonia de perdón y reconciliación familiar, etc.
- Un ambiente de paz, alejado de disputas, rivalidades, enemistades y evitando todo aquello que lo intranquilice o le proporcione más preocupaciones o angustias. En la medida de lo posible, que sus seres queridos vayan complaciéndole en aquello que desde hace mucho tiempo el enfermo le ha solicitado.…
- Respeto a su libertad de conciencia, a manifestar sus creencias y a la libertad de culto.
- Comprensión y aceptación. Lo familiares, amigos y personal sanitario le brindan comprensión y diligencia al enfermo, sin juzgarle ni criticarle, y sobre todo, aceptando su forma de ser, sus defectos y virtudes, como manifestación del amor que le tienen.
ii) Decide:
- Dónde quiero morir, ¿en el hospital? ¿en mi casa? ¿en la residencia? ¿en casa de mis padres o abuelos? ¿en la segunda residencia?… No siempre es posible tener al alcance esta decisión. Si están garantizadas las atenciones médicas y sanitarias, y el ambiente familiar es propicio, es aconsejable que sea en su propia casa. Sin embargo, el lugar seleccionado debe procurarse que sea apropiado y le brinde facilidades para atender visitas, guardando intimidad, procurando se sienta bien y confortable.
- El proceso del perdón y la reconciliación: Una muerte digna es cuando la persona decide, durante este proceso, morir perdonando y perdonándose, reconciliándose consigo mismo, con su biografía, con su familiares y amigos, resolviendo o delegando las cosas pendientes hasta donde pueda.
iii) Reflexiona:
- El sentido de su vida: Encuentra que ha realizado su misión, ejercido su vocación, y cumplido con su deber.
- Encontrar sentido al sufrimiento y al dolor. Aceptando su enfermedad, sufriendo valientemente y ofreciendo su sufrimiento.
Cuando un paciente recibe esta atención, no contempla la eutanasia como solución a su situación, mas bien quiere seguir aprovechando el tiempo que le queda.
¿Es la Eutanasia una muerte digna?
La eutanasia no es una muerte digna. Esta es una definición reduccionista del ser humano, porque lo mira como una cosa que se puede desechar y tirar fácilmente. Es la cumbre de la cultura del descarte, hija de la cultura de la muerte.
Además, la eutanasia claramente es un homicidio legalizado, cometido por el médico responsable y sus ayudantes o colaboradores. Es quitar la vida a una persona, solicitada por ésta y bajo circunstancias de dolor al final de su vida.
No es una muerte digna porque procura eliminar al paciente y no al dolor, bajo el disfraz de compasión. No procura el control de síntomas para evitar el dolor, sino acabar con la vida del paciente. Oculta los beneficios de los cuidados paliativos y promueve su desinversión, para que, mediante el sufrimiento del paciente, garantice que la eutanasia sea solicitada.
Tampoco es digno que se manipule al paciente y, so pretexto de una autonomía, se le convenza de elegir la eutanasia sin darle la opción de los cuidados paliativos, con un periodo de experimentación antes de que tome su decisión final.
De ninguna manera es digno que un enfermo vea con miedo a su doctor responsable por temor a que su vida sea valorada como indigna y se le aplique la eutanasia.
Aún más, es indigno que un paciente tenga que huir a otros países para evitar a los médicos eutanásicos, por temor a que se le aplique la eutanasia como ocurre actualmente en Países Bajos y Bélgica.
Los familiares respetarán al enfermo no presionándole para que solicite la eutanasia.
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2 comentarios en “Muerte digna y eutanasia”
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